Adrian supo que estaba muerto en cuanto se abrió la puerta. Podía verlo en los ojos –que rápidamente evitaban la mirada–, en los hombros ligeramente encorvados, en el aspecto nervioso y apresurado del médico, mientras atravesaba velozmente la habitación. Las únicas preguntas verdaderas que de inmediato le venían a la mente eran: ¿Cuánto tiempo tenía? ¿Cuán malo iba a ser?
3 comentarios:
bueno.. parece estar bien
aahhhhh me ganan las ganas que tengo de leerlo! xd Hey que le paso al blog de maii? me dice que esta cerrado .___.
La verdad estamos intentando saber que pasó...de la mañana a la tarde nos aparecio como que estaba eliminado :S
Estamos tratando de ver que es lo que paso :S
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